
El Rallysprint de Sant Julià, disputado en el entorno de la ciudad de Vic el 19 de febrero y organizado por la Escudería Osona, ha sido el escenario elegido por la piloto andorrana Amalia Vinyes para regresar a los rallyes. Desde aquel accidente en el Rallye Rías Baixas, en 2015, Amalia no se subía a un coche de competición fuera de un circuito.
En Sant Julià, la andorrana ha utilizado un coche mítico en el mundo de la competición: el SEAT Ibiza Kit Car. Con el gallego Cándido Carrera como copiloto y el equipo Baporo en las labores de asistencia, Amalia ha comenzado la prueba con un ritmo tranquilo para acostumbrarse a un coche, el Ibiza Kit Car, muy diferente a todo lo que había pilotado hasta ahora. “En los primeros tramos decidí tomármelo con calma para acostumbrarme al coche”, ha señalado Amalia al final de la prueba. A la novedad del coche hay que sumar su muñeca, que por suerte no le ha dado demasiados problemas. “Después de unos cuantos kilómetros de tramo, la muñeca todavía me molesta, pero creo con el tiempo conseguiré eliminar esas molestias por completo”, ha señalado una Amalia Vinyes contenta al final de la prueba.
Aunque en el arranque de carrera le ha costado estar con los mejores por esa adaptación, Vinyes ha rodado entre los diez mejores de manera regular, firmando incluso un cuarto puesto en la última especial del día. “En el último tramo, ya con más confianza y mucho ritmo, hemos terminado en cuarto lugar, lo cual hace que me haya ido muy satisfecha con el resultado”, ha apuntado la andorrana.
Después de seis tramos y casi 35 kilómetros contra el crono, Vinyes y Carrera han terminado en la séptima posición general y primeros de su categoría en una carrera que ha tenido como ganadores absolutos a la pareja formada por de Orriols y Pujolar a bordo de un Skoda Fabia R5.
Alberto Novoa.
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