Siempre hay una primera vez para todo, y para el nueve veces campeón del mundo su primera vez en un WRC fue con Seat Sport.

Después de redactar la historia de la marca española en el Mundial de Rallyes me quedaba una buena anécdota que mucha gente desconoce.

La historia se remonta a 1999. Días después de la disputa del Rallye Cataluña en el que Philippe Bugalski conseguía la primera victoria de un Kit-Car frente a los WRC, la revista francesa Echappment tenía previsto realizar un reportaje sobre el coche de la marca española. Una de las condiciones que impuso Seat Sport para el reportaje era que no podría subirse al coche un periodista, tenían que buscar un piloto.

A la revista francesa se le ocurrio el nombre de una joven promesa de 25 años que había debutado días atrás en el Campeonato del Mundo con un Saxo Kit-Car, Sebastien Loeb.

 

 

Las pruebas se llevaron a cabo en la pista de pruebas que tenía Seat cerca de Barcelona, allí se encontraban los dos pilotos oficiales de la marca en esos momentos, Piero Liatti y Harri Rovanperä. Para el debut de Loeb en un WRC se dispuso del chasis número 4 del Córdoba, unidad con la que Rovanperä venía de correr en el Rallye Safari meses atrás y que estaba preparada para correr el Rallye Acrópolis.

Loeb se sentó en el asiento derecho de Harri para conocer el funcionamiento del coche. Tras las primeras pasadas estaba impresionado con las prestaciones y la velocidad de Rovanpera, "Esto va realmente rápido, no hay margen de error" comentaba Seb. Llegó el momento de cambiar de asiento.

Loeb salio al tramo y cada vez fue aumentando el ritmo, con Rovanperä a la derecha. Los ingenieros sorprendidos tras cada pasada, al principio estaban preocupados por que el joven piloto francés no deshiciera el coche, pero luego ya le pedían que frenara más tarde "Todavía no estoy acostumbrado a los frenos. Hay un margen de mejora enorme" comentaba Loeb.

Al final el equipo permitió que Seb condujera varias veces con su copiloto habitual, Daniel Elena. Con el paso de los kilómetros, y más adaptado a lo que era un WRC, los tiempos de Loeb se acercaron mucho a los de los pilotos oficiales.

El artículo de la revista Echappment concluía con la siguiente pregunta: ¿Es bueno el chico...?

 

 

Después de esta jornada de pruebas con Seat, Sebastien Loeb tendría que esperar más de un año para subirse de nuevo a un WRC, sería un Toyota Corolla financiado por la FFSA con el que disputaría los Rallyes de Córcega y Sanremo. Al año siguiente sería Campeón del Mundo Junior y el resto es historia. Pero su primera vez con un WRC fue con Seat Sport y gracias a la revista Echappment, curioso.

 

 

Borja Romero